Todos los días te relacionas con las matemáticas y con el pensamiento analítico. Aunque no te lo creas y estés convencido de que las matemáticas «no son lo tuyo», hoy te vamos a demostrar que tu mente es un auténtico prodigio analítico.
Cada día aplicamos el pensamiento analítico en miles de acciones que forman parte de nuestra vida cotidiana. Es una forma natural de aplicar los conocimientos matemáticos sin saber matemáticas (o al menos sin saber que las estás aplicando porque están siempre dentro de ti). Sí, sí, aunque no te lo creas y siempre te hayas metido en la cabeza que «los números no son lo tuyo».
Ahora vas a descubrir cómo sin saber matemáticas avanzadas eres capaz de aplicarlas. Solo te vamos a poner tres ejemplos muy básicos de pensamiento analítico aplicado en la vida real.
La lotería. Un claro ejemplo de probabilidad en el que todos participamos aunque sea una vez en la vida. ¿Cuestión de suerte que te toque? tal vez, aunque nosotros preferimos hablar de probabilidad. En cada juego de lotería se ponen enormes cantidades de dinero sobre la mesa, esto lo tienes claro, ¿no? pero qué pasa con las pequeñas empresas o asociaciones que deciden jugar con este tipo de acciones.
Cuando una empresa, asociación o cualquier otra entidad saca un nuevo producto asociado a un premio de lotería todo está perfectamente calculado. Se hacen las estimaciones exactas sobre los gastos en el premio, el cálculo de cada papeleta y la previsión de los ingresos para que no haya pérdidas y la acción resulte todo un éxito. Interesante ¿verdad?
Pensar analíticamente no te ayudará a ganar la lotería pero sí a ser capaz de poner en marcha este tipo de acciones para que tú puedas ganar dinero y repartas suerte.
Aquí te dejamos un vídeo muy útil para aprender a manejar grandes cantidades. Una cuestión muy relacionada con la lotería que te puede venir muy bien.
¿Te gusta el deporte? da igual que lo practiques o que no, también aquí tu mente se pone aprueba sin que te des cuenta y aplica el pensamiento analítico. Es probable que nunca hayas pensado que tu mente practica matemáticas cuando vas en bicicleta, estás nadando o estás en el gimnasio; pero sí ¡lo hace!
Deportistas y entrenadores de alto rendimiento analizan movimientos, distancias, velocidad, dimensiones… Hay infinidad de factores que entran en juego cuando se quiere dar el 100% en una competición deportiva. Esto es por una razón: el cuerpo tiene que reaccionar de la manera más eficiente posible ante factores que llegan de imprevisto. Por esto, analizar no solamente al rival sino los distintos escenarios que se pueden dar resultará una ventaja en el terreno de juego.
Podríamos decir que los deportistas mejoran gracias a las matemáticas, por supuesto sin papel y boli porque son capaces de pensar de manera analítica sin darse cuenta.
Un ejemplo que nos gusta menos pero que es muy útil y te dará menos quebraderos de cabeza es aplicar el pensamiento analítico cuando acudes al banco a pedir un préstamo.
Para calcular los intereses los bancos analizan muchos datos. Te conviene conocer cómo afectan cada uno de ellos para poder valorar qué es lo que más te interesa en función de tu situación personal y de tus intereses. Por ejemplo: edad, lugar de residencia, tipo de trabajo, ingresos, etc. son factores que se calculan para poderte autorizar o no un préstamo.
Sin embargo, en lo que la mayoría de las veces no caemos es en la cantidad de endeudamiento que asumimos cuando nos van a conceder ese préstamo ¿qué pasa si tu situación cambia? ¿con cuánto dinero serías capaz de subsistir? o ¿cómo puedes ir haciendo para ahorrar a pesar de contar con ciertos gastos fijos?
Todo esto son preguntas cotidianas en el día a día donde necesitamos aplicar el pensamiento analítico. Da igual la edad, si eres de letras o si te dan pánico los números. El pensamiento analítico está ahí incluso cuando no eres matemático.